lunes, 12 de marzo de 2018

Il corsaro - Una cosa rara que va de piratas y rescates.

Genova: un galeone e un articolo sulla prigionia del corsaro Dragut.
Como en la mayoría de los teatros de ópera, las óperas de Verdi fichan cada año en el Palau de les Arts y este año le ha tocado a Don Carlo y también a Il corsaro, ópera, que atendiendo a las veces que ser programa, es una auténtica rareza. Pertenece a la época "de las galeras" y se sitúa detrás de otras óperas más conocidas, como I lombardi, I due foscari, Nabucco, Attila y Macbeth y justo antes de otra rareza, La bataglia di Legnano, y de las muchísimo más conocidas Luisa Miller y Rigoletto, su primera obra maestra absoluta, de la que solo la separan tres años. La ópera trata de los amores de Corrado, un héroe que vive al margen de la sociedad y que está obsesionado con el suicidio.

Corrado es un corsario que, advertido que va a ser atacado por el bajá Seid y pese al consejo y pesimismo de su amada Medora, se infiltra en el puerto de Corone para anticiparse al ataque turco. Se presenta disfrazado ante Seid y no es reconocido, pero los corsarios atacan antes de hora y el pobre Corrado es decubierto, terminando herido y arrestado al entretenerse por intentar salvar a las esclavas del harén del bajá. Gulnara, esclava y concubina a la fuerza del bajá, que ha sido salvada de las llamas por Corrado, se enamora del corsario y, tras matar al bajá, salva a Corrado. Cuando éste, acompañado por Gulnara, regresa a la isla del Egeo donde tienen su refugio los corsarios, se reencuentra con Medora que, creyendo que éste ha muerto, ha ingerido veneno. Corrado, que no puede soportar el dolor por la muerte de Medora se tira al mar y desaparece delante de todos, mientras Gulnara se lamenta.

Verdi había encargado en 1845 un libreto sobre The Corsair de Byron a Francesco Maria Piave, libretista de muchas otras óperas verdianas: Ernani, I due fuscari, Attila, Macbeth, Stiffelio, Rigoletto, La traviata, Simon Boccanegra, La forza del destino, Piave hubiera sido también el libretista de Aida si no lo hubera impedido un ataque cardíaco.  Como es de sobras conocido en aquellos años "de galeras" Verdi era una máquina de hacer óperas, y ésta fue compuesta en su mayor parte con especial premura porque el compositor estaba muy atareado por la producción de I masnadieri, en Londres y Jérusalem en París.

En 1846 ya había escrito el dúo de la prisión entre Corrado y Gulnara y el trío del último acto entre éstos y Medora; pero Verdi no se encontraba a gusto con la obra. Aunque tanto el tema como el libretista lo había elegido el mismo Verdi, encontraba el libreto de Piave frío y carente de efectos teatrales, además la compuso sin saber dónde se estrenaría y los cantantes que la iban a representar. Por otra parte, Verdi estaba muy disgustado con los modos y maneras de Lucca, el editor con quien había efectuado el contrato, porque se había visto presionado para terminar Attila y para cumplir a desgana su contrato en Londres, también le había enfadado el hecho de que Lucca le enviara a finales de 1847 un cheque de 1000 francos (no sé exactamente por qué pero se queja de ello en una carta), lo consideraba insensible e ingrato. Parece que Verdi había firmado el contrato con Lucca un poco por despecho con Ricordi que había autorizado la publicación en la revista "La Gazzetta Musicale di Milano" una crítica un tanto mordaz sobre Giovanna d'Arco, este contrato le obligaba a ceder los derechos de tres óperas, una de ella debía representarse en Londres, en principio iba a ser Il corsaro la destinada a Londres pero no fue así, al final la estrenada en Londres en 1847 fue I masnadieri.

La partitura se terminó en París en febrero de 1848. El estreno, que tuvo lugar en el Teatro Grande de Trieste el día 25 de octubre de 1848, fue elección de Lucca pues el editor tenía todos los derechos sobre la obra. Verdi no acudió al estreno, supongo que más porque no pudo que porque no quiso pero hay opiniones para todos los gustos. La ópera tuvo muy poco éxito ("si el público tuvo la amabilidad de no silbar, solo fue a causa de su bondad innata" escribía Il constituzionale.), presentándose muy poco en el resto de Italia (Milán, Módena y Turín en 1852, Novare, Venecia y Malta en 1853 y  Nápoles en 1854). Se recuperó un siglo más tarde en Venecia, concretamente en 1963.

De Il corsaro no hay muchas grabaciones pero afortunadamente una de las grabaciones que existen, con el panorama actual, parace insuperable, reunía a tres grandes cantantes del momento, Montserrat Caballe como Gulnara, Jessye Norman como Medora  y José Carreras como Corrado, bajo la dirección del siempre eficiente Lamberto Gardelli y la publicó Philips a mediados de los años setenta, el único lunar que tiene es la presencia de Gian Piero Mastromei como bajá Seid, que tampoco lo hace tan mal pero no está a la altura del resto del reparto. En la biografía de Caballé ponen esta grabación a caer de un burro, pero no es para tanto, si bien es cierto que no es el mejor testimonio del arte de la soprano catalana, quizás hubiera resuelto con más soltura el papel de Medora, pero Jessye Norman, no siendo una belcantista nata, lo hace estupendamente.


Yo creo que es una de las mejores grabaciones que nos ha dejado José Carreras, con un papel que le iba especialmente bien, aquí tenemos un testimonio en directo de cómo el tenor cantaba el aria de entrada de Corrado:




Para los amantes de las grabaciones en vivo es muy buena opción la publicada por Opera Gala, Opera d'Oro y otros sellos grabada en Frankfurt en 1971 con Giorgio Castellato-Lamberti, Katia Ricciarelli, Angeles Gulin, Renato Bruson, bajo la dirección del recientemente fallecido Jesús López Cobos.

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