domingo, 24 de junio de 2012

Palau de les Arts - Tristán e Isolda cierra el Festival del Mediterráneo


Con Tristán e Isolda se cierra el V Festival del Mediterráneo. No nos cansaremos de decir que el Auditorio Superior del Palau de les Arts no es el sitio idóneo para ofrecer conciertos sinfónicos, mucho menos óperas en versión concierto, y aún menos si estas son semiescenificadas, a ver si algún día nos hacen caso y trasladan definitivamente toda la programación a la Sala Principal, saldríamos todos granando. Este Auditorio no sé si es más bonito que inútil, al revés o tan bonito como inútil.

Ayer se estrenaba Tristán e Isolda, por fin otro título de Wagner, un acontecimiento, padecíamos sequía wagneriana en Les Arts, habíamos comenzado muy fuerte con un Anillo y un Parsifal antológicos pero al final todas las esperanzas que teníamos en que Valencia se convirtiera en el centro wagneriano del sur de Europa se diluyeron, creo que se perdió una oportunidad, también es verdad que el público de Valencia no responde muy bien a este tipo de oferta operística, le tira más la ópera italiana o francesa. Si hay que llenar el teatro de aficionados locales, Wagner, lamentablemente, no es lo más adecuado. Tampoco es menos cierto que cuando se programaron las óperas citadas más arriba el Palau de les Arts tuvo repercusión mediática y afluencia de visitantes foráneos.



Se había anunciado que la ópera se ofrecía en versión concierto, sin embargo no ha sido así, tampoco se puede decir que haya sido semiescenificada ¿qué ha  sido entonces? Una cosa rara que ha convencido a pocos. La labor del equipo formado por Alex Aguilera (movimiento escénico y dramaturgia), Manuel Zuriaga (escenografía) y Antonio Castro (iluminación) me ha parecido meritoria y el público les ha correspondido con el aplauso. Sobre el escenario estaba situada la inmensa orquesta requerida y detrás, elevada, en el lugar destinado al coro, se ha construido una plataforma azul con una especie de balcón figurando las amuras y proa de un barco, detrás una pantalla sobre la que proyectar dibujos abstractos y colores. Lástima que algunos cantantes (Hunter Morris y Wilm Schulter, Tristán y Kurwenal respectivamente) no conocían sus papeles de memoria porque al estar pegados a la partitura ha impedido mayor libertad escénica, aún así este problema ha sido resuelto satisfactoriamente por Alex Aguilera.

¿Por qué decía entonces que ha convencido a pocos? Porque el Palau de les Arts tiene una magnífica Sala Principal idónea tanto por la acústica como por el espacio escénico para ofrecer ópera semiescenificada, porque situar a los cantantes detrás de la orquesta no ha favorecido la adecuada proyección de sus voces, porque el coro no tenía sitio en el que colocarse y cada vez que intervenía tenía que salir corriendo al escenario para colocarse en un pequeño espacio lateral, provocando distracción en el público, otras veces se abría una puerta y cantaba desde el interior, desde  la sala no se escuchaba con suficiente claridad, restándole protagonismo y efecto musical. En este sentido podemos hablar de que ha sido un auténtico desastre y lo peor de todo es que podría haberse evitado. Todos, público e intérpretes, podríamos haber estado más cómodos.

No me gusta sacar de paseo a los espíritus de los compositores pero hay que reconocer que la propuesta de Les Arts es absolutamente antiwagneriana, si en el teatro que diseñó el propio compositor se introduce a la orquesta en el foso bajo el escenario, aquí la orquesta se erige en protagonista , si los cantantes en Bayreuth se benefician por la proyección de la voz al estar en primer plano, aquí se les perjudica colocándolos detrás, mejor hubiera estado, desde un punto de vista musical, que, como es lo habitual en versiones en concierto, los cantantes hubieran estado en primera línea, pero ya hemos visto que esto era una cosa rara, no sé de quién habrá sido la idea de optar por esta solución.

En el año 2007 la Orquesta de Valencia, de bastante peor calidad que la de la Generalitat Valenciana, bajo la batuta de Yaron Traub, ayer presente en la sala, ofrecía una estupenda versión del segundo acto en el Palau de la Música, con un equipo excepcional capitaneado por la inmensa Isolda de Waltraud Meier, la acompañaban el solvente Christian Franz como Tristán, Michelle Breedt como Brangania y Robert Holl como Marke. Recuerdo que entonces salí impactado, Waltraud Meier lucía un vistoso traje amarillo que quedó grabado en mi retina para siempre, entre otras cosas porque en contra de lo que hago habitualmente acudí al encuentro posterior con los seguidores de la siempre simpática y agradable Meier, me hice una foto con ella propinándole un pisotón que la diva soportó estoicamente sin decir ni mu si no fuera porque al pedirle disculpas reaccionó confirmando que le había hecho daño. Aquel segundo acto supo a poco. Tras aquella experiencia musical las expectativas que me había hecho eran grandes, pero los intérpretes, como diría nuestro Presidente del Gobierno, "eran los que eran".

Lo más destacable ha sido la prestación de la Orquesta de la Generalitat y el Coro de la Comunidad Valenciana bajo la batuta de Zubin Mehta, precisos y muy implicados en su cometido como es lo habitual. Algo de chispa, de tensión, he echado a faltar en el dúo Isolda-Brangäne del primer acto y en el de Tristán-Isolda del segundo . En cuanto a los solistas magnífica Ekaterina Gubanova como Brangäne aunque algo tapada por la orquesta, no ha sido culpa suya sino, como ya he señalado, de la disposición escénica, pero sí es cierto que me ha parecido la más afectada en este aspecto (si exceptuamos a nuestro Tristán en el último acto), muy bien su Advertencia a pesar de que ha aflorado un ligero vibrato; también muy bien el Rey Marke de Liang Li y el Kurwenal de Eike Wilm Schulte, mientras que Karl-Michael Ebner, Josep Miquel Ramón y los cantantes del Centro de Perfeccionamiento Jesús Álvarez y Mario Cerdá han estado más que correctos como Melot, Timonel, Pastor y Marinero.


Los problemas han venido por la parte de la pareja protagonista. Nunca ha terminado de convencerme Jennifer Wilson, es una cantante que no me transmite nada, pero nada de nada, ahora ya no exhibe aquellos agudos tan afilados que tanto nos sorprendieron y gustaron en el Anillo, es muy sosa, tampoco Jay Hunter Morris, tenor de feo timbre, ha conseguido emocionarme, con no perderse consultando la partitura y aguantar las exigencias del último acto sin desgañitarse ya ha hecho bastante.

España 2 - Francia 0. Xabi Alonso marca el primer gol contra Francia.


La anécdota de la noche llegó durante la muerte de Tristán, la selección española había vencido a la francesa con un contundente 2-0 y la música de Wagner se fundió en un todo con las explosiones de los fuegos artificiales, no pude evitar la sonrisa en un momento digno de la mejor película del paisano y difunto Berlanga.

Enlace a la crónica de Atticus.
Enlace a la crónica de FLVM

12 comentarios:

  1. Era de prever que la pareja protagonista echaría por la borda todo lo que Tristan und Isolde puede llegar a ofrecernos.
    La Wilson ya fue una Isolda anodina, insulsa i gélida en el Liceu y de Hunter Morris solamente se puede decir que aguanta los desafíos, pero ese timbre que puede soportarse en un Siegfried, en un Tristan debe ser letal.
    Si encima la orquesta absorbe todo el protagonismo....

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    1. Y lo peor de todo es que pudiendo evitar algunos problemas no se haga por miopía y el empeño a utilizar la sala a toda costa.

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  2. no hubiera cabido la orquesta detrás?

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    1. No, kalamar, no hubiera cabido detrás, cabía justo en lo que era el escenario, los decorados estaban en el lugar del coro.

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  3. A mi me pareció estupendo. No se porque le llamaron versión de concierto o versión semiescenificada ya que fue escenificada en toda regla. Mucho mejor que cualquier parida a lo Bieito u otro mamarracho que se hace llamar director de escena. Me imagino lo que hubiera dado lo mismo pero en la sala principal.
    De juzgado de guardia que le hayan permitido al protagonista "actuar" con la partitura delante de los ojos. Una ofensa para sus otros compañeros que sí se sabían su papel y para el resto del público, yo incluido, que no pudimos disfrutar del espectáculo propuesto por Aguilera.
    Por ser mi primer Tristán en directo, solo tengo que agradecer a la dirección de les Arts por habernos evitado la versión de concierto.
    Otra punto que me pareció de lo más ridículo (sé que me ganaré enemigos, pero si no lo digo reviento): Por qué narices el Cor de la Generalitat Valenciana no se aprendió su brevísima participación de memoria. Una cutrez sin nombre entrar al escenario a cantar cuatro líneas con partitura en mano. Un cero. A ver si recapacitan y para la segunda función canten de memoria (aún hay tiempo).
    Por lo demás, fue simplemente incomprensible y una tremenda falta de respeto que justo antes del final se oyeran tracas de castillos fuera de lugar. A nadie se le ocurrió avisar que en esos momentos se celebraba una ópera? Quién es el responsable de tal mamarrachada? Muchos de los que estuvimos allí, esperábamos que el Maestro Mehta se detuviera. Indignante!

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    1. Gracias Josep C. por tu comentario, discrepo en algún punto y es que cuando se hacen las contrataciones para cantar una ópera en versión concierto no se exige a los cantantes que se sepan el papel de memoria, pueden cantar con la partitura y Hunter Morris tenía todo el derecho del mundo a hacerlo así, lo mismo se puede decir del coro.
      Lo de los fuegos artificiales fue mala suerte, no sé a qué se debieron, pudo ser el fútbol, que es lo que yo supongo, o pudo ser la noche de San Juan. Gran parte de culpa radica en el diseño de esta sala, tendría que estar mejor insonorizada, he llegado a escuchar ambulancias en las últimas filas en pasajes en que la orquesta toca en piano.

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  4. A mi me ha encantado. Una noche de pura magia (exceptuando el momentazo de la traca). La propuesta a mi parecer es la idónea para esta ópera en esta sala. Enhorabuena a los artífices de esta belleza. No puedo estar más de acuerdo con Josep C. Una pena que los dos solistas cantaron con ayuda de la partitura. Y según me soplaron tres de los solistas, todos supieron a tiempo que no se haría en versión de concierto. Así que de excusas ninguna, tanto a los dos solistas como al coro, este ultimo con más razón.
    Francesc

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    1. No estoy de acuerdo en que fuera un Tristán de pura magia, si se hubiera dado la magia creo que más de uno hubiera salido levitando, pero no fue el caso. Pura magia es lo que hubo en el Parsifal de Maazel.
      Francesc, gracias por molestarte en dejar un comentario, me gustaría saber con cuánto tiempo hay que avisar a un tenor para que se aprenda la partitura de Tristán, en la web del teatro se mencionaba que iba a ser en versión concierto, supongo que en las contrataciones de los cantantes también se diría lo mismo. No conozco el clausulado de los contratos pero si uno firma para "versión concierto" ya puedes avisar con todo el tiempo que quieras pero no está obligado a aprendérselo de memoria. Tampoco conozco otros pormenores pero quizás incluso les tenemos que dar las gracias por haber accedido a ofrecerla semiescenificada. En todo caso no dispongo de esa información, no estaría de más que alguien la ampliara.

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  5. En la web de Les Arts sigue anunciándose como ópera en concierto y no hay referencia alguna a los responsables de la escenificación.
    Ya comentamos el otro día en persona todo cuanto pensábamos.La Wilson, reconociéndole carencias, no me desagrada. A Morris le hubiera estrangulado en el segundo acto, pero le acabé aplaudiendo, y Gubanova y Li me parecieron espléndidos.
    La lectura de Mehta me pareció irregular, pero en general me gustó, debido a los sonidos mágicos que salieron de la orquesta.

    Lo del Auditori creo que ha tocado ya fondo y es insostenible. Fue una vergüenza. Si la próxima temporada continuan con su empeño en programar óperas allí, yo ya anuncio que no iré y haré llamamientos públicos a la gente para que tampoco lo haga. Quiero pensar que Mehta no estará precisamente feliz con lo ocurrido y confío en que presione a Helga para que cierre ya ese abominable local.

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    1. Sí, lo hemos comentado todo en vivo y en directo, icluso por notitas. Recuerdo aquel segundo acto del Palau de la Música, si lo comparo con el segundo acto del sábado no tengo más remedio que concluir que todo puede hacerse mejor, y yo la culpa sé de quién es, de que los cantantes se vieron perjudicados por su ubicación y de que tampoco estuvieron muy finos (me refiero a la pareja protagonista exclusivamente).

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  6. L'auditori superor té un acústica horrible. Immensament gran com un camp de futbol. "Burro grande, ande o no anda", i aquest no "anda". Solament és passable el so en les primeres files; en les últimes es distorsiona. Tants milions per a fer una inutilitat, que no calia, ja que la Sala Iturbi del Palau de la Música té una acústica impecable sense que cap arquitecte "estrella" s'haja embutxacat l'or del Rin. Una vergonya. Sembla mentida tal desgavell.

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    1. La tortuosa historia del lamentable Auditorio Superior, que era un auditorio al aire libre en origen, ya se ha contado en más de una ocasión en este blog, en ese sentido no tiene nada que ver con la Sala Iturbi que desde que se diseñó se hizo pensando en que su destino era ser una sala de conciertos cerrada y un experimento antes de arriesgarse a la hora de diseñar el Auditorio Nacional de Madrid. Nos utilizaron de conejillo de indias, en este caso con bastante fortuna.

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